Lofoten Noruega 2019

DÍA 1 (12 de octubre)
El 12 de octubre comenzamos nuestro viaje a las Islas Lofoten en Noruega, unas fechas pensadas para intentar captar las islas en su otoño.

Tomamos la decisión de viajar hasta Tromso, una ciudad muy al norte de las Islas ( 8 horas en coche), pero que nos garantizaba un trayecto por los fiordos y valles con los que poder deleitarnos con los paisajes y colores locales.

Nuestro vuelo partió de Madrid vía Francfort donde se incorporó la gente de Barcelona y de ahí saltamos directamente a Tromso.

La temperatura al llegar no fue muy fría para la altitud y las fechas en las que nos encontramos, sobre 4 grados bajo cero. Si bien es cierto que una vez recogidos nuestros coches de alquiler y puestos en ruta la temperatura fue mejorando hasta llegar a 2 grados.

El trayecto que realizamos el primer día de nuestro viaje fue bastante simple, aterrizar en Tromso y ponernos en ruta hacia las Islas Lofoten, trayecto que nos supondría unas 8 horas de coche, por lo que hicimos una parada a mitad de camino a dormir en un acogedor hotel en el pueblo de Narvik. La idea era descansar y retomar el viaje al día siguiente, pero dadas las condiciones meteroeológicas que teníamos en ese momento, intentamos salir a cazar la dama verde en un fiordo cercano. No tuvimos suerte.

DÍA 2 (13 de octubre)
Después de un gran desayuno no exento de salmón ahumado y otras viandas noruegas, nos pusimos con 9 grados bajo cero en ruta hacia nuestro siguiente spot. El navegador marcaba tan solo 4 horas, pero el viaje al final nos duro más de 9. Y no, no pinchamos ninguna rueda de clavos de nuestros coches, ni tuvimos ningún accidente, ni se estropearon los coches… fue algo mucho más simple. Nos encontramos una Noruega con unos colores rojos otoñales que rara vez habíamos visto en España (foto). Tuvimos la suerte de encontrarnos la otoñada Noruega justo justo en su máximo esplendor.

Al atardecer nos desviamos de nuestra ruta unos kilómetros para conocer el peculiar pueblo de Henningsvaer. Este pueblo además de un puerto pesquero casi cerrado y precioso dispone de uno de los campos de futbol más espectaculares del mundo, pues rodeado de secaderos de bacalao y un faro, se encuentra situado en una pequeña península a escasos 20 metros del mar (foto).

El atardecer en este lugar, con el Sol en línea de horizonte fue uno de los mas bonitos que vivimos en nuestro viaje. Todos disfrutamos con el lugar, el campo, el atardecer, las bromas, chascarrillos fotográficos y algún que otro vuelo de Drone.

La llegada al hotel como era de esperar fue por la tarde, tarde. Puesto que alguna otra parada tuvimos que realizar:)

Nuestro hotel para los siguientes días estuvo localizado en el pueblo de Sorvagen, en la parte sur de las Islas a escasos 10 minutos de las principales localizaciones del viaje.

DÍA 3 (14 de octubre)
El 14 de octubre no madrugamos en exceso. El momento de calendario en el que nos encontrábamos y la cercanía a las localizaciones nos permitió descansar suficiente. A las 7 de la mañana ya estábamos en Reine esperando al sol.

Después del amanecer nos propusimos subir el famoso Reinebringen, que no es otro que una subida a una de las montañas cercanas a Reine por una senda criminal y vertical de nada mas y nada menos que 1600 escalones y 600 metros de desnivel positivo en apenas 250 metros de mapa. Los escalones de piedra de unos 30 a 40 cm de grosor, con lo que mas que unas escaleras parecían unos ejercicios de step.

Las vistas desde arriba fueron directamente impresionantes. Observando desde el lado opuesto a los fiordos-costa noruega, hasta el fiordo formado por Hamnoy-Reine con

sus pequeños lagos interiores y recovecos. Además con la particularidad de los ocres cercanos al mar por el otoño y las crestas de las montañas blancas como azucar-glass (fotos).

DÍAS 4 Y 5 (15 Y 16 de octubre)
Los dos siguientes días los dedicamos a movernos en una franja de escasos 25 kilómetros desde el famoso pueblo con el nombre más corto del mundo “A”, hasta la zona de Kvalvika.

Casas suspendidas sobre el mar en sus puertos palafitos, rojas, amarillas, rodeadas de exuberante vegetación en estado otoñal. La extraña calma del mar al amanecer en estos lares, el pueblo de Sund, con su artesanía en Forja y los puentes curvados en el acceso a Kvalvika centraron nuestra atención. Las archiconocidas localizaciones de Reine y Hamnoy y una baja o nula presencia de turístas en estas fechas nos hicieron disfrutar aún más del entorno.

DÍA 6 ( 17 de octubre)
El amanecer en Reine del día 17 de octubre, fue sencillamente espectacular. El mar calmado, convertido en un espejo en la parte interior del puerto, unas nubes con una paleta de naranjas perfectos, las casas rojas, nadie a nuestro alrededor, el silencio, algún pequeño barco acabando su faena entrando a puerto, el sonido de las cuatro gaviotas que se acercaban al barco a comer, y el olor a naturaleza costera… una bonita mezcla acompañada por unas grandes instantáneas que todos pudimos disfrutar.

Después de esta mañana “gloriosa” y un buen almuerzo a base de salmón ahumado y cangrejo real cambiamos de campamento base y no dirigimos a Lecknes, población situada un par de horas en dirección norte. Dos cabañas nuevecitas nos esperaban junto a su dueño a pie de mar. Una terraza fantástica sobre el mar equipada para poder pescar nuestra propia cena.

DÍAS 7 Y 8 (18 y 19 de octubre)
Durante estos dos días visitamos diferentes playas y localizaciones al amanecer y al tardecer, dejando las horas centrales para conocer pueblos como el de Nusjford, pueblo museo pesquero típico noruego, un viaje en el tiempo a las tradiciones Noruegas de principios del siglo pasado, con sus herramientas, cabos, barcas y aceites.
Los ocres y rojos predominaron en todo el camino tanto de ida como de vuelta en las visitas que realizamos en esta parte de las Islas. Especial mención merecen las playas de Vareid y Uttakleiv dos lugares donde mezclar en la misma fotografía montañas nevadas, rocas negras y mar del norte, además de alguna que otra foca pescando en las cercanías.

DÍA 9 y 10 (2O y 21 de octubre)
Después de nuestro ultimo amanecer en la zona de Lekness comenzamos el viaje de regreso a Tromso con para a dormir en el pueblo de Sorvik, uno de los que menos contaminación lumínica tienen en la zona.

Durante el trayecto paramos en múltiples ocasiones a fotografiar puentes, fiordos, montañas, un sinfín de postales nórdicas. Esa noche la previsión de Auroras no era muy buena, pero aun así todo como estaba despejado salimos a ver si veíamos algo.

Cual fue nuestra sorpresa cuando 10 minutos de coche después de separarnos del pueblo comenzamos a ver los típicos movimientos verdes de las auroras.

Pudimos fotografiar cabañas y auroras durante unas cuantas horas ante de irnos a descansar, culminando nuestro viaje a las Lofoten con lo único que nos había faltado hasta ese momento, la dama verde. Al día siguiente devolvimos los coches alquilados y nos embarcamos rumbo a casa satisfechos por un viaje muy completo.

RESUMEN DEL VIAJE
Conocíamos de antemano las islas por la cantidad de fotos existentes del lugar en invierno. Con un Reine totalmente nevado e idílico. Nosotros nos planteamos el viaje en otoño con un poco de duda, pero seguros de que merecía la pena intentar la otoñada en las Islas, disfrutar de la falta de turistas y la posibilidad de ver las islas de una forma diferente.

La realidad de nuestro viaje superó ampliamente las expectativas, pudiendo disfrutar de unos colores increíbles y una temperatura suave. Vivimos los amaneceres, la montaña, la costa, la nieve, las auroras y un grupo realmente excepcional que facilitó que el viaje se desarrollara de una manera correcta y agradable.

¡REPETIREMOS 100% SEGURO!.

Si te interesa vivir esta experiencia te avisaremos en cuanto nos pongamos a preparar el nuevo viaje háznoslo saber aquí.